La Casa Blanca ha advertido “seriamente” al Congreso de que la imposición de nuevas sanciones contra Irán enviaría una señal de “mala fe” a los diálogos nucleares con este país.
“Si aplicamos sanciones ahora, incluso con un desencadenamiento diferido, el cual se ha discutido, los iraníes y, probablemente, nuestros socios internacionales imaginarán que hemos negociado de mala fe”, ha declarado el vocero presidencial, Jay Carney.
En una rueda de prensa, el portavoz de la Casa Blanca ha considerado que la aplicación de nuevos embargos es un acto que “mina todos los esfuerzos para lograr una solución pacífica”.
“Además, las nuevas sanciones son innecesarias en este momento, porque el núcleo de nuestra arquitectura de sanciones permanece en su lugar y los iraníes siguen estando bajo una presión extraordinaria”, ha recomendado Caney, dirigiéndose a los legisladores.
En la última ronda de diálogos entre Teherán y el G5+1, el 24 de noviembre, las partes acordaron un pacto preliminar que contempla el alivio de algunas de las sanciones antiraníes, a cambio de que el país persa ofrezca más garantías sobre su proceso nuclear.
Sin embargo, en el Congreso de EE.UU., varios legisladores influenciados por sus aliados israelíes siguen tratando de aprobar nuevas medidas punitivas contra la nación iraní, con la alegación de que éste busca fines bélicos en su programa de energía nuclear pacífico.
Hispantv
Comentarios