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El director del departamento de Organismos Internacionales del Ministerio de Exteriores ruso, Piotr Ilichov.
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Rusia rechaza la injerencia de Occidente en los asuntos internos de Bielorrusia, pues, en realidad, busca promover sus propios intereses políticos.
“Por nuestra parte enfatizamos la inadmisibilidad de la injerencia en los asuntos internos de Bielorrusia, en particular con la implicación de la plataforma de la ONU [Organización de las Naciones Unidas]”, ha denunciado este sábado el director del departamento de Organismos Internacionales del Ministerio de Exteriores ruso, Piotr Ilichov.
El diplomático ruso señala que, “desafortunadamente, en el contexto de Bielorrusia, se ve una imagen familiar: los países occidentales se aprovechan de la crisis de Bielorrusia para promover sus propios intereses políticos, pisoteando los principios fundamentales de la Carta de la ONU.
Advierte, asimismo, de la “ilegalidad” de las amenazas de los estados occidentales a Bielorrusia de imponerle sanciones unilaterales debido a la crisis política que vive el país desde los comicios presidenciales del 9 de agosto.
Sus declaraciones tienen que ver con la resolución sobre Bielorrusia aprobada el 18 de septiembre por el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en la que, en particular, se llama al presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, a dialogar con la oposición.
Minsk, de hecho, rechazó la resolución del organismo y denunció que sienta un precedente peligroso.
Ilichov advierte que el pueblo bielorruso debe resolver sus problemas internos y cualquier ayuda internacional que se brinde debe ser a petición de Minsk.
Bielorrusia atraviesa una crisis social debido a las manifestaciones de la oposición, que cuestiona la legitimidad de la reelección como presidente del país de Lukashenko, con el 80,1 % de los votos. La oposición bielorrusa denuncia un supuesto fraude en el trámite de los comicios presidenciales.
Lukashenko atribuye la caótica situación en Bielorrusia a “elementos de injerencia extranjera” y asegura que garantizará la seguridad con el apoyo de Rusia, que ha manifestado su disposición a enviar ayuda militar a Bielorrusia si fuera necesario.
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