Aunque la Administración del presidente de EE.UU., Barack Obama, afirme esfuerzos en favor de lo contrario, las deportaciones y separaciones familiares continúan cotidianamente en el contexto del doble discurso.
De ahí que muchos consideran que en la cuestión migratoria existe un doble discurso destinado a ocultar una persistente realidad de violación a los derechos humanos.
Por otra parte, en la lógica estadounidense ser pobre y latino también significa carecer de derechos.
Dicen que cuando las demandas del pueblo se convierten en clamor, es necesario que las autoridades empiecen a prestar atención a lo que la gente dice. ¿Cuánto más en éste caso? el de la reforma migratoria en Estados Unidos.
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